Tipos de lesiones del acné y ¿cómo combatirlas?

Tipos de lesiones del acné y ¿cómo combatirlas?

Aunque en el lenguaje habitual llamamos granos a una amplia variedad de lesiones del acné tienen diferentes nombres médicos, tienen diferentes modos de formación, una evolución diferente y pueden tratarse mediante diversos esquemas de tratamiento. Conocer el tipo de lesiones del acné es importante porque nos ayuda a comprender la formación y evolución del acné, nos ayuda a valorar la gravedad del acné y su pronóstico. También nos ayuda a elegir, bajo la guía de un especialista, el tratamiento más adecuado.

Que son los puntos negros?

Los puntos negros son las lesiones de acné más comunes. Se pueden encontrar de dos formas: comedones cerrados o puntos blancos y comedones abiertos o puntos negros. Se forma por el bloqueo de los poros por acumulaciones de células muertas y sebo. También existe una variedad de cosméticos y maquillajes que pueden provocar este tipo de lesión, por lo que están catalogados como comedogénicos.

Los comedones pueden existir como tales, causando acné comedónico, o pueden estar asociados con otros tipos de lesiones de acné. El acné comedónico es una forma leve de acné que se puede tratar con cosméticos de venta libre. En general, los comedones no causan cicatrices pero pueden progresar a lesiones inflamatorias del acné.

Como tratarlos?

Entre los principios activos más eficaces en el tratamiento y prevención de los comedones se encuentran los retinoides (retinol, retinaldehído), el ácido azelaico, los alfa y beta hidroxiácidos. También es importante consultar la lista de ingredientes de los cosméticos para excluir los comedogénicos. La extracción de puntos negros se puede realizar en consultorios médicos, no en casa, y puede resultar útil en algunos casos.

Que son las pápulas?

Las pápulas forman parte de la categoría de lesiones inflamatorias que se encuentran en el acné y representan pequeñas hinchazones de la piel de hasta 5 mm, rosadas o rojizas, que en ocasiones pueden resultar dolorosas. Las Pústulas son inflamaciones de la piel menores de 5 mm, pero de mayor tamaño que los comedones cerrados, de color blanco, con contenido purulento, y que pueden estar rodeadas de enrojecimiento.

Que son las pústulas?

Las pápulas y pústulas se forman por la evolución de los comedones. La acumulación de impurezas y células muertas se acentúa hasta el punto de que las paredes del folículo pilosebáceo (poro) se rompen y provocan inflamación en los tejidos circundantes. Propionibacterium acnes, la bacteria responsable de la aparición del acné inflamatorio, también interviene en la producción de inflamación. Este tipo de lesión está presente en el acné pápulo-pustuloso, una forma de acné de moderado a grave. Las pápulas y pústulas pueden causar cicatrices.

El tratamiento del acné pápulopustuloso debe ser iniciado y guiado por un dermatólogo. Para el tratamiento de este tipo de lesiones se utilizan preparados tópicos que contienen retinoides (tretinoína, adapaleno), peróxido de benzoilo, antibióticos y combinaciones de los mismos. Si no se obtiene una buena respuesta tras un tratamiento tópico, aplicado correctamente y durante el tiempo suficiente, o si la forma de acné pápulo-pustular es grave, el dermatólogo prescribirá antibióticos o isotretinoína para administración interna. En algunos casos, las pápulas y pústulas pueden indicar un trastorno hormonal, por lo que se recomendarán investigaciones adicionales y tratamiento hormonal.

Nódulos y quistes?

Los nódulos son lesiones inflamatorias similares a pápulas, pero de mayor tamaño, de consistencia dura y ubicadas más profundamente en la piel. Deforman más la piel, son dolorosas y pueden ir acompañadas de más enrojecimiento. Los quistes son lesiones grandes y profundas con un contenido purulento. Los quistes y nódulos son lesiones inflamatorias presentes en las formas graves de acné, llamadas noduloquísticas. Las cicatrices se producen en su proceso de curación. Este tipo de lesión requiere tratamiento con administración interna (isotretinoína, antibióticos).

Las cicatrices post-acné y como tratarlas…

Las cicatrices post-acné se pueden dividir en manchas rojas, manchas marrones, cicatrices atróficas y, con menor frecuencia, cicatrices queloides.

Las manchas rojas aparecen cuando las lesiones inflamatorias persisten por un período más prolongado. El enrojecimiento se debe a pequeños vasos sanguíneos de la piel que se han dilatado en respuesta a la inflamación actual. El enrojecimiento puede estar en la piel o puede estar asociado con cicatrices atróficas. El enrojecimiento que queda después de que los granos hayan sanado desaparecerá por sí solo, pero esto puede ocurrir después de un período de varios meses o incluso años. La resolución de esta situación se puede acelerar mediante el uso de cremas con niacinamida, ácido linoleico y ácido oleico, protectores solares físicos y químicos.

Las manchas marrones se denominan médicamente hiperpigmentación posinflamatoria. Aparecen después de la curación de pápulas y pústulas y son más comunes entre personas con piel más oscura, si las lesiones de acné han sido exprimidas o si la piel ha estado expuesta al sol mientras las lesiones de acné estaban activas. Estos son signos superficiales y desaparecerán por sí solos con el tiempo. Como su decoloración puede tardar varios meses, para acelerar su curación se pueden utilizar cosméticos con efecto despigmentante o exfoliante (ácido azelaico, ácido kójico, vitamina C, ácido fítico, alfa y beta hidroxiácidos) junto con cremas con SPF 30 o 50 durante el día. Las exfoliaciones superficiales o los tratamientos con láser se pueden realizar en consultorios médicos.

Las cicatrices atróficas suelen estar producidas por nódulos y quistes. Dependiendo de su apariencia, las cicatrices atróficas pueden ser de 3 tipos. Las cicatrices rodantes son depresiones redondeadas de la piel, con una gran superficie y profundidad variable, teniendo la piel un aspecto ondulado. Las cicatrices de los furgones tienen bordes rectos y varias formas geométricas. Las cicatrices de picahielos son depresiones de la piel con una superficie pequeña pero profunda, como si la piel se pinchara con una aguja; Son el tipo de cicatrices más difíciles de tratar. Las cicatrices atróficas requieren tratamientos complejos, en varias sesiones, en los que se pueden combinar procedimientos con láser, peelings profundos, microneedling, subcisión y radiofrecuencia.