Ácido salicílico / Salicylic Acid

Ácido salicílico / Salicylic Acid

Si miras más de cerca las etiquetas de los productos exfoliantes o diseñados para combatir el acné, notarás que la mayoría de ellos tienen una cosa en común: el ácido salicílico. Este ingrediente activo es uno de los enemigos más feroces de las imperfecciones, la inflamación y los granos de la piel. Además, tiene un efecto comprobado sobre otros problemas de la piel como psoriasis, caspa, callos y verrugas.

Pero, ¿estás familiarizado con la lista completa de sus sorprendentes cualidades y sabes por qué es uno de los agentes más utilizados en cosmética?

¿Qué es el ácido salicílico?

Para empezar, aclaremos que los ácidos se utilizan a menudo en los cosméticos para la exfoliación, para eliminar las células muertas y acelerar la renovación de la piel. Existen varios tipos de ácidos: los alfa-hidroxiácidos (AHA), como el glicólico y el láctico, y los beta-hidroxiácidos (BHA), como el salicílico, cada uno de los cuales tiene un grado diferente de eficacia según las necesidades de las distintas pieles y tipos.

El ácido salicílico es miembro de la familia de los beta-hidroxiácidos, es soluble en grasa y se extrae con mayor frecuencia de la corteza de sauce. Penetra en las capas más profundas de la piel, y su mayor ventaja es que es muy eficaz contra el acné, las espinillas, los puntos negros y los comedones.

En cosmética suele obtenerse químicamente, sin alterar sus propiedades efectivas. Se encuentra con mayor frecuencia en productos en concentraciones mínimas: entre el 0,5% y el 2%. Algo que probablemente te sorprenda es que se utiliza como materia prima para elaborar ácido acetilsalicílico, más conocido como aspirina.

Un ingrediente conocido desde la antigüedad

Resulta que el ácido salicílico está muy extendido en la naturaleza y está presente en muchas plantas y algunas frutas. La mayor concentración de salicina se encuentra en el sauce blanco, conocido desde la antigüedad por sus propiedades antiinflamatorias. Hay informes de que ya en Mesopotamia se utilizaba como remedio contra la fiebre y la inflamación.

El testimonio más notable proviene del propio Hipócrates, quien lo recetó como analgésico en forma de té y recomendó a quienes padecían fiebre masticar corteza de sauce. Después de diversos estudios y usos a lo largo de los siglos, por primera vez en 1829 el farmacéutico francés Pierre-Joseph Leroux extrajo el salicio en forma cristalina pura, que utilizó para tratar el reumatismo, y a finales del siglo XIX en Alemania, su producción industrial como forma medicinal contra el dolor y la fiebre.

Las principales ventajas del ácido salicílico, por el que se utiliza en cosmética, son:

  • Tiene efecto queratolítico: su acción exfoliante elimina la piel muerta que se acumula y obstruye los poros y, a largo plazo, ayuda a unificar la tez y devolverle la luminosidad.
  • Regula la producción de sebo: su uso prolongado reduce significativamente las secreciones grasas, que son las causantes de la aparición de nuevos puntos negros y comedones.
  • Tiene un efecto despigmentante: ayuda a eliminar las manchas y las cicatrices del acné.
  • Tiene efecto antiinflamatorio y antiséptico: reduce la inflamación de los granos subcutáneos.
  • Se utiliza contra la caspa y ayuda en el tratamiento de la dermatitis seborreica.

Un poderoso exfoliante

El ácido salicílico tiene un efecto suavizante y elimina las células muertas de la superficie sin afectar las capas más profundas de la dermis. Los productos que lo contienen tienen un efecto peeling que renueva la piel y la hace más radiante y saludable.

Por esta propiedad, también se utiliza en combinación con otros tratamientos para la psoriasis, caspa, eczemas, dermatitis seborreica, ictiosis, callos, etc.

Un enemigo natural del acné.

El ácido salicílico ha demostrado ser un tratamiento eficaz para el acné leve. Una de las razones más habituales por las que aparecen granos e inflamaciones es la obstrucción de los folículos pilosos por los tapones de queratina. Bloquean la salida del cabello y forman comedones y puntos negros. Esto estimula la producción de sebo y, junto con él, crece la cantidad de bacterias que también «ayudan» a provocar el acné.

Aquí es donde entran en juego los poderes mágicos de la salicina. Gracias a su acción queratolítica, el ingrediente elimina las células muertas y los tapones de queratina de la capa superior de la piel. De esta forma, los poros se destapan y la piel queda alisada.

Las propiedades antisépticas del ácido ayudan a reducir las bacterias responsables de los nuevos granos. La piel se aclara, disminuye el número de comedones y puntos negros y se previene su reaparición.

Regenera y renueva las células.

A medida que envejecemos, el proceso de regeneración de nuestra piel se ralentiza, lo que provoca arrugas, una tez desigual y pérdida de luminosidad. El ácido salicílico estimula la renovación celular y así reduce las líneas finas.

¿Para quién es adecuado el ácido salicílico?

El ácido salicílico es un aliado ideal en el cuidado de las pieles mixtas o grasas. Pero si tienes la piel sensible, seca o irritada, ten cuidado, puede que este no sea el ingrediente más eficaz para ti. Si tu piel es propensa a tener puntos negros o espinillas, incluye un lavado de cara con ácido salicílico en tu rutina diaria.

¿Cómo se usa el ácido salicílico?

Pruebe siempre el producto antes de usarlo en todo el rostro. Aplicar por la noche en una pequeña zona de la frente, ya que allí la piel es más gruesa. Si se produce enrojecimiento o descamación en las próximas 24 horas, es mejor cambiar a otro producto con una concentración más baja de ácido salicílico (o probar un ingrediente alternativo si tiene problemas de acné, como el ácido azelaico, por ejemplo).

Después de usar un producto con ácido salicílico, aplique siempre una crema hidratante para equilibrar y prevenir la sequedad. Debido a las propiedades exfoliantes de la salicina, la piel puede ser más sensible a los rayos solares, así que no olvides la protección solar.